AMLO: PRESIDENTE DE MÉXICO

DANTE AVARO (26 de noviembre de 2018)

El próximo 1 de diciembre Andrés Manuel López Obrador (AMLO) asume la presidencia de los Estados Unidos Mexicanos. Entre la consagración como presidente electo y su asunción se abrió una brecha de 4 largos meses, fenómeno que se conoce como transición entre administraciones. Vale aclarar que recientemente por medio de una ley se procede a cambiar esta temporalidad, pero se aplicará por primera vez cuando AMLO finalice su mandato. En esta transición, además de los clásicos compromisos y negociaciones, parece haber, si tenemos como referencia la historia democrática reciente, dos fenómenos relativamente novedosos. Primero, una inusual exposición pública entre el presidente electo y el constitucional. Segundo, una instalación de la agenda de gobierno antes de tomar posesión de él. Lo primero quizá tenga bastante que ver con una opinión pública y audiencias más ávidas por el espectáculo, la noticia y lo instantáneo. Lo segundo implica algo mucho más profundo. Cuatro asuntos ejemplifican la anterior afirmación.

Primero, AMLO instaló audiencias públicas para tratar asuntos referidos a la seguridad, derechos humanos y la pacificación-reconciliación, aunque su éxito es incierto lo relevante aquí es que se hizo durante la transición. El segundo asunto es la presión ejercida para la sanción del presupuesto en el Honorable Congreso de la Unión, jugada astuta sin lugar a duda, pero elimina la posibilidad de echarle la culpa a la administración anterior si tiene escasez de recursos durante su primer año de gobierno. Recientemente los colaboradores de AMLO se han percatado de dicha escasez y lo pusieron de manifiesto en la negativa a bajar en el futuro el precio de las gasolinas, tema preponderante y recurrente en la campaña electoral en donde salió triunfador. El tercer asunto es su injerencia directa en la sanción e implementación de la ley que fija topes salariales a los burócratas (empleados públicos federales), que ya comenzó a regir y cuyas consecuencias son difíciles de prever. El cuarto asunto es la implementación y ejecución de dos “consultas populares” que se denominaron Consulta Nacional Ciudadana. La primera, se desarrolló entre el 25 y el 28 de octubre y cuyo objetivo manifiesto parece haber consistido en obtener una legitimidad “directa” del “pueblo” para proceder a cancelar el desarrollo del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). La segunda, se desarrolló los días 24 y 25 de noviembre y constó de 10 ítems, desde la creación de un tren que recorrería 500 kilómetros uniendo los principales centros turísticos-arqueológicos de la cultura Maya, hasta la propuesta de instalación de wifi en edificios y plazas públicas, pasando por becas a los estudiantes de secundaria y bachillerato.

Sobre la cuestión de las “consultas populares” advierto un fenómeno que tiene dos caras, que interactúan y que presentaré en forma de preguntas. Por un lado, qué piensa AMLO y sus más cercanos colaboradores sobre la complementariedad de los mecanismos de democracia directa con la institucionalidad de la democracia representativa, por otro lado, qué lugar ocupará en su gestión de gobierno el conocimiento experto y los expertos (especialmente aquellas instancias de gobierno fundadas en la delegación por expertise). Es muy difícil asir estas preguntas, aunque los hechos disponibles permiten una reflexión preliminar. Durante las elecciones federales de medio término en 2015 MORENA, el partido que abandera AMLO, utilizó una estrategia de democracia directa innovadora. Implementó el mecanismo de sorteo (es este caso una tómbola) para escoger, mediante el azar, una porción de los candidatos plurinominales entre más de 3000 líderes distritales. En las elecciones de 2018 nuevamente se utilizó la insaculación. Así, recientemente, han llegado a San Lázaro (nombre del Palacio Legislativo Federal) 10 nuevos diputados seleccionados mediante el azar. Esta estrategia puede evaluarse de muchas maneras, sin embargo, no hubo ningún tipo de controversias ante el Tribunal Electoral ya que se ajusta a lo establecido en el Art. 228 de la Legislación Nacional Electoral. Algo diferente parece ser la Consulta Nacional Ciudadana. Llevada adelante con unas urnas que sólo tenían la leyenda “Transición México 2018-2024” y al parecer financiadas por MORENA, resulta un ejercicio participativo difícil de encuadrar en términos constitucionales. Pero no sólo eso. Para una gran parte de los expertos y especialistas no se ajusta a los procedimientos establecidos y dispuestos por el Instituto Nacional Electoral (INE), autoridad competente en esta materia. Visto en conjunto, desde el sorteo de cupos plurinominales hasta la reciente Consulta Nacional Ciudadana no sólo parece haber una disposición y vocación, entre AMLO y sus estrechos colaboradores, a valorar positivamente los mecanismos de democracia directa, sino un ambiguo criterio de cómo se debe dar la complementariedad entre mecanismos de participación directa y la institucionalidad de la democracia representativa. Ambigüedad que, estimo, deja impávido hasta al más redomado de los direttistas (para usar la etiqueta propuesta por Giovanni Sartori para referirse a los partidarios de la democracia directa).

En resumen, este asunto de adelantar la agenda y en parte el ejercicio de gobierno no sólo tiene, pienso, efectos sobre el próximo gobierno de AMLO, sino, intuyo, en el devenir de la propia democracia mexicana. La literatura especializada indica que los presidentes electos aprovechan las transiciones para hacer aquellas negociaciones, acuerdos y compromisos que aun siendo onerosos, son posibles-rentables porque todavía no son presidentes en funciones. De este modo el adelantamiento de la agenda de gobierno de AMLO es o bien el resultado de una jugada magistral que nadie está viendo o bien resulta ser una trampa que él mismo se está prodigando. Sólo el tiempo nos lo dirá. Y a propósito del tiempo: un estudio que realizó el influyente diario El Universal (26/11/2018) muestra que la aprobación del futuro Presidente cayo 9 puntos entre agosto y noviembre.

AMLO: Presidente de México [Video Entrevistas]. Mi agradecimiento a:

Dr. Rodrigo SALAZAR ELENA (FLACSO-México)

Dr. Carlos SÁNCHEZ y SÁNCHEZ (FCPyS-UNAM)

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